domingo, 13 de diciembre de 2009

Crecer.

De eso se trata la vida de crecer, de tener experiencias, de madurar, de conocer el mundo, de aprender a ganarse el pan (perseguir el bistec como decimos en México) y aprender a lidiar con las personas malas y con las buenas también. Mi parte favorita de todo esto es que al vivir uno acumula sabiduría, independencia y autoridad. Por eso no entiendo la enajenación de la sociedad moderna con la adolescencia. Entiendo que una vida sin muchas responsabilidades y llena de ilusiones para el futuro suena excelente pero siempre que recuerdo como era de adolescente siento alivio porque ya no soy esa chica inocente. También siento mucha satisfacción de ir adquiriendo con el paso de los años mas independencia económica y también emocional, de irme convirtiendo con el paso del tiempo en una mujer autónoma y de respeto. Claro que todas estas bendiciones tienen su costo, la vida no pasa en vano y en el camino tuve que enfrentarme a la realidad y dejar atrás muchos sueños cuando me di cuenta que eran imposibles, pero por el momento aunque mi cerebro ya no absorba información tan rápida y fácilmente como cuando tenia 18 y aunque ya no pueda pasar toda la noche bailando en un bar sin sentir que me muero a la mañana siguiente amo crecer y madurar, amo los cambios que el tiempo y las experiencias de la vida me han traído, amo quien soy ahora y espero que con el paso del tiempo aprenda a amar a en quien me convertiré a pesar de las arrugas y los sueños que iré dejando atrás.

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